#BajoelManzanillo aplaudía en julio de 1952 las mejoras urbanas, pavimentación y acerado, de la calle de las Cruces y de la avenida de Vilches, próximas a la Plaza de Toros, mientras reivindicaba un tratamiento similar para la calle Palma, «vieja aspiración de los vecinos» de esta vía «tan popular en Almería».
Archivo de etiqueta: manuel román
‘Limpieza’: Los carros de la basura en la Almería de los años 50
#BajoelManzanillo elogiaba la mejora en el ‘aseo exterior’ de los carros que se dedicaban a la recogida domiciliaria de basuras en 1952, pero pedía evitar las ‘exposiciones’ traseras de los carritos, «exhibiendo cacharros viejos de todas clases, restos de animales que pasaron a mejor vida, y cosas parecidas, que no están de acuerdo con el buen tono de limpieza y aseo de la ciudad».
Expropiaciones en tres ‘callejones sin salida’ para dar lugar a otras tantas calles en 1952
#BajoelManzanillo apostaba en 1952 por la eliminación de ‘viejas reliquias’ como los ‘callejones sin salida’ para dar paso a calles que hoy podemos disfrutar, caso de las de San Diego de Alcalá o Méndez. La fórmula para ello era la expropiación por parte del Ayuntamiento ‘en beneficio del buen nombre urbanístico de Almería’.
Marinos americanos en Almería
#BajoelManzanillo comentaba en enero de 1952 el entusiasmo que se respiraba en la ciudad con la llegada a Almería de uno de los barcos -el LST 1144- de la Sexta Flota Norteamericana en el Mediterráneo, en una visita a varios puertos, además de al almeriense a los de Málaga, Alicante, Palma de Mallorca y Valencia. El cañorero español «Sarmiento de Gamboa», que fue botado en 1950, acompañó al buque americano, dando un ambiente excepcional al andén de costa, ya que los almeriense pudieron visitar las dos embarcaciones.
La ‘calderilla’
#BajoelManzanillo denunciaba en 1952 el problema que creaba la falta de ‘calderilla’ en sitios donde había que hacer pagos: «Es realmente inexplicable que un servicio de ventanilla, montado para atender al público que va solo y exclusivamente a ‘dejarse caer con la pasta’, no tenga el cambio suficiente para cumplir su cometido». Un problema que al cabo de casi varias décadas con la implantación del euro se suscitaba también, pero que ya ha encontrado muy variadas soluciones. Por suerte, claro.
