#BajoelManzanillo denunciaba en 1952 el problema que creaba la falta de ‘calderilla’ en sitios donde había que hacer pagos: «Es realmente inexplicable que un servicio de ventanilla, montado para atender al público que va solo y exclusivamente a ‘dejarse caer con la pasta’, no tenga el cambio suficiente para cumplir su cometido». Un problema que al cabo de casi varias décadas con la implantación del euro se suscitaba también, pero que ya ha encontrado muy variadas soluciones. Por suerte, claro.
