La Cruz de Caravaca, las cruces de particulares e instituciones, y las mayas en «esquinas estratégicas» dan «brillantez» al mayo almeriense del 53

#BajoelManzanillo nos describe el «casticismo» de las Cruces de Mayo de 1953 con tres focos que arrojaban una masiva participación. La Cruz de Caravaca, barriada volcada con la celebración y que desarrollaba un amplio programa de festejos. Las cruces que promueven, en su mayoría, particulares en sus casas, e instituciones -centros educativos, sobre todo- en sus sedes sociales. El Ayuntamiento organizaba, por aquel entonces, concurso, cuyos premios se repartieron el Hogar Infantil «Alejandro Salazar» y el Instituto Nacional de Enseñanza Media, así como las de particulares montadas en las calles Juan del Olmo, Cruces, Capitana y Encantada Alta. Y, el tercer atractivo, lo constituían las tradicionales mayas, en «esquinas estratégicas» de la ciudad, que se prolongaban durante todo el mes y parte de junio.