La Cruz de Caravaca, las cruces de particulares e instituciones, y las mayas en «esquinas estratégicas» dan «brillantez» al mayo almeriense del 53

#BajoelManzanillo nos describe el «casticismo» de las Cruces de Mayo de 1953 con tres focos que arrojaban una masiva participación. La Cruz de Caravaca, barriada volcada con la celebración y que desarrollaba un amplio programa de festejos. Las cruces que promueven, en su mayoría, particulares en sus casas, e instituciones -centros educativos, sobre todo- en sus sedes sociales. El Ayuntamiento organizaba, por aquel entonces, concurso, cuyos premios se repartieron el Hogar Infantil «Alejandro Salazar» y el Instituto Nacional de Enseñanza Media, así como las de particulares montadas en las calles Juan del Olmo, Cruces, Capitana y Encantada Alta. Y, el tercer atractivo, lo constituían las tradicionales mayas, en «esquinas estratégicas» de la ciudad, que se prolongaban durante todo el mes y parte de junio.

La fiesta de la Cruz y las mayas de hace casi 70 años en Almería

#BajoelManzanillo, en cuatro de sus columnas periodísticas, nos hace una excelente radiografía social en torno a la fiesta de la Cruz y de las mayas en una primavera almeriense, la de 1952, con un «tiempo desapacible» que no impidió la «brillantez». La «carretera de Granada tenía el aspecto de una gran riada humana», en «romería» hacia la Cruz de Caravaca («olor a churros y a garbanzos tostados»), «tradicional y típico» marco de la popular fiesta a la que se unían entidades y casas particulares. Las «simpáticas» mayas formaban también parte del retrato de las costumbres de mayo, si bien comenzaban casi a mitad de abril.