#BajoelManzanillo, con satisfacción, destaca la auténtica pasión y amor por el deporte que, a lo largo de más de seis décadas, han protagonizado la vida de Manuel Álvarez Imberlón. Deportista, gestor y aficionado, el bueno de Manolo, con el afecto y generosidad que le caracterizan, se ha puesto manos a la obra y ha elaborado un más que interesante librito, que constituye un legado de imágenes, datos y nombres históricos del Deporte de Almería, del que forma parte importante él mismo

Si bien el deporte, en sí, es una auténtica escuela de virtudes, convivencia, disciplina, amistad, salud, generosidad, humildad, comunicación con la naturaleza, de lucha contra la violencia…no es menos cierto que resulta difícil encontrar, entre quienes lo practican o gestionan, personas que representen la auténtica esencia de todos esos valores. Por fortuna, en Almería, todavía podemos presumir de un auténtico ramillete de almerienses que son exponente de lo más genuino de la actividad deportiva amateur. Entre ellos, Manuel Álvarez Imberlón.

Manolo, como le llamamos los amigos, acaba de sorprendernos con un librito de a penas un centenar de páginas, ampliaciones incluidas, y que constituyen sus memorias, bajo el epígrafe de «El deporte que viví«, dedicado a sus adorados nietos Isabella, Sofía, Carlos Manuel «y a los que puedan venir«. Pretende que «conozcan las andanzas deportivas de su abuelo«. Pero, el bien encuadernado volumen, además, es un verdadero obsequio para quienes ya pintamos canas y hemos vivido la intensidad de la actividad deportiva de Álvarez Imberlón, como deportista, como gestor y como aficionado. Sus grandes pasiones fueron, por este orden, el fútbol, el tenis y, ahora, el golf. Su relación con los medios de comunicación y los periodistas, siempre fue exquisita desde la colaboración leal y desde la amistad. De ello damos fiel cuenta, como también la daba mi padre, Manuel Román, que siempre ponía de ejemplo de deportista y directivo íntegro al «buen amigo«, Manolo Álvarez. Toda su pasión y amor por el deporte han sido vertidos en esta publicación íntima que ofrece casi un centenar y medio de imágenes excepcionales, multitud de datos e infinidad de nombres que son la historia viva de la actividad deportiva en Almería. Está escrito con el corazón, en primera persona, y con el objeto de que sea un legado y un regalo para su familia, sus amigos y compañeros deportistas.
En una de las aportaciones al libro, el exredactor de ‘La Voz de Almería‘ y actual colaborador fijo del diario, autor de la contraportada en los días laborales, Eduardo de Vicente, define muy bien a Manolo: «Representa la esencia más pura del deporte. Toda la filosofía del deporte, desde el compañerismo, hasta la generosidad y la competencia bien entendida se resumen en perfecta armonía en el carácter de este eterno promotor de ilusiones«.
En el prólogo, el propio Álvarez, se sincera: «Mi afición por el deporte me ha proporcionado, además de diversión y placer, la oportunidad de conocer a una gran cantidad de personas que pronto pasaron a ser grandes amigos, a los que debo doble gratitud por la pasión compartida y el afecto con el que siempre me correspondieron«. Y, refleja un deseo, que realmente lo consigue con estas memorias, «que sea la expresión de un emocionado recuerdo para todos los que aparecen en el libro y que ya nos dejaron«. Amplio capítulo de agradecimientos para quienes han enriquecido y colaborado en la publicación: el mencionado Eduardo de Vicente, Juan Torres Colomera, José Miguel Polo, Paco Campra, Manolo Ibáñez Nieto y Paco Navarro.
El fútbol, desde su tierna infancia

Almeriense, nacido en la calle Castelar en enero de hace 82 años (1940), la infancia de Manolo transcurrió, como bien relata, en Berja, donde, «entre juegos se inició su afición por el deporte«. Aporta decenas de nombres, lugares y situaciones que forman parte de la historia virgitana, como los grandes futbolistas mayores de mediados del siglo pasado, caso de Fermín, Gregorio, Parrón, Ñito, el Bajeza, Andrés el de Pasión o Panimagra. Nos descubre cuándo hizo sus pinitos en el cuadro de actores de Radio Berja, bajo la dirección del añorado Gabriel González.
Como futbolista, Manolo Álvarez, pone especial cariño al comentar sus inicios en los juveniles del Berja, en 1954, como portero, y cuando hasta bien cumplidos los sesenta, «matando el gusanillo» estaba enrolado en los veteranos que lideraba Jesús Verdejo, en los partidos que se jugaban en el Club de Tenis con protagonistas de la altura de Luis León, Juan Rojas, Paquitico, Pedro Jensen, Ordáz, o Juan Luis López, entre otros.

Banesto: de una humilde ciudad a conquistar títulos nacionales
Una parte importante del librito lo ocupa el equipo de fútbol de Banesto, cuyo promotor y responsable deportivo fue Manuel Álvarez, llegando a proclamarse dos veces campeón de España de Fútbol Grupos de Empresas (Madrid, 1966, y Marbella, 1968) y, en otras dos, fue finalista. Lo formaron jugadores del Hispania (Matías Pérez, era su alma), Plus Ultra (Carlos Ruiz), Pavía (Damián Benavides), Arenas (Antonio Serrano) y Almería (Luis Piniel), destacando el internacional Antonio Biosca, Goros, Rojas, Santi (Martínez Cabrejas), Diego Carmona, Sierra, Polo, Maxi, Miguelín, Nieto, Zapata, Paquitico, Del Pino, Pepe Luis Almécija, Penno, Ramón Collado, Reyes, Emilio Carmona, Chacón, Joaquín Hernández, Pedro Jenssen, Oramas o Andújar, entre otros. También se reforzaron con viejas glorias de aquel entonces como Pepe Jiménez, Jesusín, Esparza o Antonio Serrano. Manolo rinde «un particular homenaje» a Diego Carmona, el único que participó en las cuatro finales, y del que dice que «a pesar de su magia en el juego, siempre anteponía el bien del equipo a su lucimiento personal«.

Otra de las facetas destacadas de Manolo ha sido la de aficionado. Seguidor y abonado de todos los Almería que han protagonizado la historia futbolística de los últimos setenta años. Turismo y su condición de apasionado rojiblanco se dieron la mano cuando recorrió toda España, junto a su añorada esposa, Hermy -«compañera inseparable en la vida, en el trabajo y en la afición por el deporte«-, siguiendo a la Unión Deportiva Almería en las épocas que la lideraron los entrenadores Unai Emery y Hugo Sánchez. Recuerda Álvarez, con especial emoción, la final del Campeonato del Mundo de Fútbol de 1982, en el Estadio «Santiago Bernabeu«, Italia – Alemania (3-1), que presenció junto con sus amigos Antonio Cortés, Paco Pérez y Juan José Melero, gracias a las entradas que le facilitó Manuel Arqueros, que estuvo enrolado en la organización del mundial como responsable de alojamientos y transportes de equipos y organización, junto a su íntimo amigo, Manolo Benito. Además, Arqueros, en la final mundialista actuaba como de delegado de campo.

Manolo Álvarez aportó también su colaboración eficaz con los equipos de Banesto de baloncesto, capitaneado por Juan Esteban Navajas y con jugadores como Arqueros, Campos, o Capel; y, de balonmano, en cuyas filas jugaban, entre otros, Luis Peral, Álvarez de Furundarena, Manolo Arqueros, Salas, Ernesto Miras, Pedro Segura Madrid o Bonilla. De igual manera, Álvarez fue impulsor, junto a Ismael Moratón, de las dos ediciones de los Juegos Deportivos Bancarios, a principios de los 70, que manejaban hasta doce deportes, a imagen y semejanza de los Juegos Deportivos Internacionales del Club Banesto, donde Almería, en los años 60 tenía destacada actuación en modalidades como natación, tenis, ajedrez, fútbol y baloncesto. De igual manera, nuestro protagonista, aglutinaba al colectivo bancario almeriense en torno a numerosas actividades con motivo de la festividad de san Carlos Borromeo, patrón del sector de la banca.

Historia viva del tenis almeriense
La otra gran pasión de Manolo fue el tenis, que lo vivió en primera persona, como tenista, ganador de numerosos torneos y trofeos, y como gestor, con una labor fundamental. Fue uno de los impulsores del resurgir de este deporte. Curtido en las pistas del Club de Mar, en los años 60, en las instalaciones del Puerto, donde brillaban Carlos Jover, Carretero, Vaserot, Esteban Viciana, Sebastián Vidal, Luis Contreras, Jorge Viciana, José Manuel Gómez – Angulo, Antonio Cruz, Elena Pezzi, Conchita Alarcón, Maricarmen Vaserot o Elisina Viciana; pasó después a jugar en las pistas del Campo del Gas o en la Terraza Apolo, ambas de Educación y Descanso (Ismael Moratón, era su jefe), y donde el propio Álvarez fue uno de los encargados de marcar las líneas de las pistas de tenis. Luego vinieron otras instalaciones, recuerda nuestro protagonista, como las de Joaquín Vázquez, en el cortijo Mascarana de Huércal de Almería, o en el Aeropuerto y las del Hotel Aguadulce. Aparecen nuevos jugadores. Sobresalen, entre otros, Narciso Espinar, Paco Campra, los hermanos López Ortega, Luis León, Valentín Escobar, José Luis Sánchez, Hermy Martínez, May Soria, Angelines Madrid, Nely Padua, Cristina Sáiz, etc.



Después, en los 70, llegó la gran obra, el Club de Tenis, impulsada por Paco Campra y donde Manolo Álvarez se implicó a fondo, siendo tesorero desde su fundación y posteriormente, vicepresidente. Se inauguró en septiembre de 1973 con 350 socios y llegó a tener hasta 600. Los éxitos se sucedieron gracias al trabajo y esfuerzo de un equipo directivo entregado al fomento del tenis, entre cuyos miembros siempre brilló Álvarez. El Trofeo ‘Sol de Oro‘, la Copa S. M. la Reina Sofía, Campeonato Internacional Europeo junior femenino, Torneo Internacional de Verano, Trofeo Annie Soisbault, Copa Galea, fueron algunas de las competiciones de más proyección que se sucedieron en la primera década del club -damos fe por medio de las crónicas que escribimos en aquella época- y donde Álvarez tuvo un papel relevante. La labor de promoción intensa dio pronto sus frutos con jugadores tan destacados como Luz Valera, Adelita Rueda, Blas Fernández, Pedro y Simón Carrillo, Alejandro, Javier y Sergio Ruiz Pastor, Adela Pintor, Ginés Capel, Paco Campra Jr, o José María Sánchez.

El golf, otra pasión
La trayectoria de Manuel Álvarez como deportista sigue activa. El golf es su pasión actual donde se inició de la mano del virgitano Juan Parrón. Es socio del Club de Golf Playa Serena (fue directivo y consejero – delegado de la entidad propietaria del campo) donde participa, no solo en las iniciativas deportivas, sino también en las sociales. Cada martes, durante dos meses al año, y los jueves, Álvarez tiene una cita con el golf y con sus compañeros Pepe Terriza, Luis Contreras, Joaquín Pulido, Joaquín Vázquez, Jorge González, Juan Díez, Luis Espinar, Juan Pedro García y Paco Terriza.
Paco Campra, quien encontró en Manolo Álvarez su más fiel colaborador para lanzarse a la aventura exitosa del Club de Tenis, define a nuestro protagonista como quien «ha sabido aunar los valores esenciales del deporte aficionado, como son la humildad y el esfuerzo en equipo, junto a la diversión y sana competencia«.


No es fácil resumir más de 60 años de entrega al deporte en estado puro, de forma amateur y desinteresada, pero intensa y profunda en sentimientos y valores, que han dejado huella. Manolo Álvarez ha conseguido con este librito ‘poner toda la carne en el asador’ y hacernos partícipes y herederos de su larga, ejemplar y honesta trayectoria deportiva, modelo para futuras generaciones. Las líneas escritas con verdadera ilusión, ofrecen la auténtica talla humana de quien lo ha dado todo por el deporte almeriense. Felicidades.
José Manuel Román
Periodista

NOTA.- La imagen destacada de portada corresponde al equipo de fútbol del Club Banesto Almería, que alcanzó la primera de las cuatro finales que disputaron en los años 60 del Campeonato de España de Fútbol de Grupos de Empresa. Desde la izquierda, arriba, Manolo Álvarez, don Emilio, Casado, Sierra, Nieto, Diego Carmona, Del Pino, Pedro Segura Madrid y José Antonio Sánchez; abajo, Claudio, Luisillo, Juan Rojas, Goros, Santi (Martínez Cabrejas) e Ignacio.
