Una «plaga» de ciclistas, «sin frenos, sin timbre, sin temor al atropello», en la Almería de mediados del siglo XX

#BajoelManzanillo refleja en su columna periodística de ‘Yugo’ de los años 50 los accidentes provocados por una «plaga» de ciclistas, que «ruedan por donde quieren y como les da la gana, sin frenos, sin timbre, sin temor al atropello». Hay zonas, como la calle de las Tiendas, por las que está prohibido el tráfico rodado, pero por ella, no solo «transitan» las bicicletas, sino que éstas, a todo tren, se deslizan como por lisa y llana pista de «patinaje»

Un chaval en bicicleta en la pasarela de la Rambla que unía la calle Alcalde Muñoz con la carrera del Perú (tramo que actualmente se denomina avenida de San Juan Bosco), donde estaba la Escuela de Formación (ahora IES Alhamilla), aún sin edificarse. La imagen corresponde a los años 40 del siglo XX.- Foto de almeriaantigua.blogspot.com

Bicicletas

Sin ir más lejos, en lugar pacífico y céntrico presenciamos ayer dos accidentes ciclistas, que, por fortuna, no pasaron de los desperfectos mecánicos de las máquinas. Los «corredores», resultaron ilesos, salvo algún que otro rasguño de poca monta. Ambos fueron a dar en coches que estaban parados, lo que les libró, seguramente, de peores consecuencias.
Y es que los ciclistas almerienses se confían demasiado y tienen a gala, cuando menos falta hace, dejarse «sin manos» y dar «vista a las aceras», sin tener en cuenta lo que hay y sucede en el centro de la calle. Por eso, estos «tropiezos» y otros muchos que a diario ocurren.
Y ya que hablamos de bicicletas diremos que, en su mayoría, continúan sin timbre, lo cual aumenta el peligro y los atropellos que diariamente se recogen en la sección de sucesos. ¿No se producen muchos de ellos, seguramente, porque el público no percibe la presencia de la «máquina», con la anterioridad suficiente, para apartarse? Añadamos a esto la audacia de algunos ciclistas que se lanzan, raudos y veloces, como si se deslizaran en pistas de carrera, por calles de mucho tránsito.

EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(Yugo’, domingo, 23 de noviembre de 1952, página 2)

Bicicleta BH de los año 50 del siglo XX.

Velocidad

Mucho se ha logrado en cuanto a la regulación de las velocidades de los coches por el casco urbano almeriense. Pero aún quedan «despistados», que, burlando la vigilancia y toda clase de códigos de circulación, imprimen la endemoniada rapidez que les place a sus coches, haciendo sonar sus estrepitosos «pitos», que se mezclan con el atronador ruido de sus motores, para inundar de estrépito los lugares más céntricos poniendo en dispersión a los confiados peatones.
Así, muchos ciclistas quieren imitar a los «mayores», y son los que diariamente pasan por la Casa de Socorro para ser asistidos de choques, atropellos, etc., etc., cuando no van acompañados de la persona «capturada», que a veces resulta con graves fracturas.
También perturban más de lo que parece ciertos conductores que estacionan sus vehículos en calles estrechas y muy transitables, saltándose a la torera eso de la «dirección prohibida».
Y, claro es, a todos interesa que el chófer de turismo, camión o autobús marche conforme está ordenado, y que el ciclista, además de aprenderse igualmente la lección, sea obligado a llevar timbre en su máquina, para así poder avisar con antelación, no arrasando a cuanto encuentra a su paso.

EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(Yugo’, sábado, 13 de diciembre de 1952, página 2)

Bicicletas almacenadas de los años 50.- GEC Archivo Histórico Perú

Ciclistas

Otra vez vuelven los ciclistas a ocupar nuestra atención. Y es que, día a día, como hay que «motorizar» la vida, el primer peldaño de la rapidez es la bicicleta, que constituye una verdadera «plaga» en Almería y en otras muchas ciudades.
La bicicleta, por ser un mecanismo veloz y diminuto, apenas se es presentido cuando vamos transitando por la calle; y, de ahí, que raro es el día que no se registra algún atropello de esta clase. No vamos seguros ni por las aceras. Luego hay calles, como, por ejemplo, la de las Tiendas, por las que está prohibido el tráfico rodado; pues nada; por ella, no solo «transitan» las bicicletas sino que éstas a todo tren se deslizan como por lisa y llana pista de «patinaje».
Y no hay quien les detengan en su carrera. Ruedan por donde quieren y como les da la gana. Sin frenos, sin timbre, sin temor al atropello… ¡Ancha es Castilla!, parece que van pregonando, cuando pasan rozando por nuestro lado…
¿No hay posibilidad de «reglamentar» a tales ciclistas? ¿No hay forma de que desaparezca, de una vez para siempre, el peligro que van sembrando?…

EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(Yugo’, viernes, 30 de enero de 1953, página 2)

Timbre para bicicletas de los años 50, que tanto echaban de menos muchos almerienses, sorprendidos por ciclistas, que «ruedan por donde quieren y como les da la gana, sin frenos, sin timbre, sin temor al atropello» .

NOTA.Paseo del Generalísimo (hoy de Almería) a mediados de los años 50 del siglo XX, concretamente de 1955, desde la misma Puerta Purchena. Podemos apreciar la presencia de al menos dos bicicletas, una circulando por mitad de la vía y otra estacionada en la acera izquierda, junto al quiosco de prensa.- Foto de la BIBLIOTECA DIGITAL DE LA DIPUTACIÓN DE ALMERÍA

Publicado por José Manuel Román

Periodista

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