La fiesta de la Cruz y las mayas de hace casi 70 años en Almería

#BajoelManzanillo, en cuatro de sus columnas periodísticas, nos hace una excelente radiografía social en torno a la fiesta de la Cruz y de las mayas en una primavera almeriense, la de 1952, con un «tiempo desapacible» que no impidió la «brillantez». La «carretera de Granada tenía el aspecto de una gran riada humana», en «romería» hacia la Cruz de Caravaca («olor a churros y a garbanzos tostados»), «tradicional y típico» marco de la popular fiesta a la que se unían entidades y casas particulares. Las «simpáticas» mayas formaban también parte del retrato de las costumbres de mayo, si bien comenzaban casi a mitad de abril

Cruz de Caravaca, en una fiesta de la Cruz a mediados de los años 50 del siglo XX, una imagen tomada de ‘Yugo’.- Foto RUIZ MARÍN

Fiesta de la Cruz

En la última reunión de la Permanente Municipal, a propuesta del presidente de la Comisión de Festejos, fue aprobada una moción sobre las fiestas que han de celebrarse con ocasión del día de la Cruz, que tienen ya como tradicional y típico marco la Cruz de Caravaca. Sin duda que estos festejos reúnen en aquel lugar a gran número de almerienses que acuden, a modo de romería, al olor de los churros y los garbanzos tostados; las notas alegres de la banda municipal; al júbilo que pregona el chisporroteo del castillo y los caprichosos y bonitos dibujos de las bombillas de colores. Sin duda, es una de las fiestas más características y de mayor arraigo de nuestra capital, que, año tras año, hace reavivar con magnífico criterio el excelentísimo Ayuntamiento.
Pero junto al adorno de la Cruz de Caravaca, se organiza un concurso, para que en él puedan tomar parte todos los almerienses, que se sientan artistas en esta difícil «ciencia» del adorno de cruces, que se efectúa, no solo en casas particulares, algunas de ellas de gran renombre, sino también en ciertas entidades, que saben darle el sabor y la alegría que esta simpática fiesta lleva tras de sí.
Para premiar esta contribución, el Ayuntamiento ha establecido unos premios, con el decidido propósito de impulsar esta tradicional costumbre. No ha de ser este esfuerzo infructuoso, estamos seguros, porque sabemos que el entusiasmo, el tipismo y colaboración de los almerienses en estas exhibiciones artísticas, en las que se conjugan también los buenos sentimientos de nuestro hidalgo y señorial pueblo, se pondrán, una vez más, en acción, para dar prestancia y brillantez a la fiesta.

EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(Yugo’, sábado, 19 de abril de 1952, página 2)

Fiesta de la Cruz: brillantez a pesar del mal tiempo

El tiempo desapacible no fue obstáculo para que la jornada de ayer (2 de mayo de 1952) tuviese la brillantez y el tipismo de costumbre. El simpático marco de la Cruz de Caravaca fue exornado con luces y gallardetes, flores y ramajes, para que por aquel paraje desfilaran millares y millares de almerienses, a las notas alegres de la Banda Municipal, al olor tentador de los garbanzos tostados y al chisporroteo de caprichosos colores y dibujos del castillo de fuegos artificiales. La carretera de Granada tenía el aspecto de una gran riada humana, juvenil y traviesa, que en la parte femenina destacaba por su garbo y elegancia, y en lo masculino por lo bulliciosa y «castigadora» en este mayo sin Primavera, que va esfumándose en tonos grises y fresco viento, del que hay que guardarse lo mejor posible.
Típicos patios almerienses, que aun conservan su gracia andaluza, fueron adornados con la Cruz de luces, mantones de Manila y guitarras. Casas particulares, en gran número, para optar al concurso convocado por la Comisión de Festejos del excelentísimo Ayuntamiento, montaron en su mejor y bien situada habitación la clásica Cruz de Mayo, donde el arte, el gusto y el espíritu religioso, se conjugaron en la promesa por algún favor recibido.
Y, finalmente, fue el Instituto Nacional de Enseñanza Media, el que en su magnífico jardín montó una fiesta andaluza, con todo su bagaje de gracia y arte, donde las rondallas, el baile andaluz, la tómbola y sus regalos hicieron y harán pasar hoy
(3 de mayo de 1952) a los visitantes una jornada de pleno ambiente y alegría juvenil.

EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(Yugo’, sábado, 3 de mayo de 1952, página 2)

El actual templete de la Cruz de Caravaca fue inaugurado en mayo de 2005, siendo alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez – Comendador.- Foto JOMARO

Deportes

No alteró en el día de ayer (3 de mayo de 1952) su «línea quebrada» este dichoso mes de mayo. Mantuvo un tiempo fresco, de amenazante lluvia, que quiso deslucir la fiesta de la Cruz. Pero no lo consiguió. Las Cruces instaladas en entidades y casas particulares, mantuvieron y acrecentaron la animación del día anterior y obsequiaron a los visitantes con toda una gama de bailes andaluces, rondallas y postizas (castañuelas de tocar, más fina y pequeña que las regulares).
Prosiguió el bullicio en la Cruz de Caravaca, donde la Banda municipal obsequió a los asistentes con sus amenísimos y divertidos conciertos.
Pasadas ya estas fiestas tradicionales, que nos alegrarán durante todo el mes las simpáticas mayas, avanzamos por esta florida primavera, que antes de que nos demos cuenta tocará el verano.
Y, variando de tema, digamos algo sobre la jornada dominical de hoy
(4 de mayo de 1952), que se presenta extraordinariamente deportiva. Con deportes para todos los gustos, que comenzarán con la excursión motorista a Níjar, seguirán con el interesante encuentro Juvenil Almeriense – Juvenil Sevillano, en el Estadio de la Falange (hoy Estadio ‘Emilio Campra’), reunión pugilística en la Terraza Variedades, entrenamiento de pelota nacional en el frontón de «La Salle», para terminar en la exhibición ciclista y motorista que el Profesor Mulián dará en nuestro Paseo del Generalísimo (de Almería, hoy). ¡Ah!, y todavía los «modestos» seguirán «rompiendo zapatos» con alguna que otra competición infantil.
Como puede verse, señores, el deporte en sus diversas ramas, «pita» mucho hoy en día, razón por la cual hay que hacerse deportista.

EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(Yugo’, domingo, 4 de mayo de 1952, página 2)

Maya en la barriada de La Chanca.- Foto CARLOS PÉREZ SIQUIER. Fuente CENTRO PÉREZ SIQUIER de Olula del Río, Fundación Ibáñez Cosentino.

Las mayas

Aún no ha llegado el florido mayo y, sin embargo, hace días que «arribaron» las «mayas», esas infantiles estatuas de carne y hueso que consienten en colocar una silla alta, un mantoncito en la pared y unas flores para que sus amigas pasen la bolsa a los que transitan por la calle.
El detalle en sí es simpático. Una chiquilla hermosa, bonita y guapa, exornada lo mejor posible en cualquier esquina de las calles almerienses es siempre algo agradable, que a nadie molesta. Sin embargo, aun no ha llegado mayo y es demasiado pronto para comenzar la campaña. Por otra parte, si es verdad que se quiere mantener esa tradición, bien podían las mamás de las pequeñas cuidar un poco más a estas «mayas», con el arreglo más decoroso y pintoresco, con arte, gracia y salero, que les pueda suponer sin mengua alguna el título de «mayas». Se ven demasiados «fantoches», que sobre una mugrienta silla solidaria, unos geranios marchitos y un trozo de tela de cualquier color, se exhiben en nuestras calles, con un verdadero «enjambre» de «postulantes», que no merecen, ni mucho menos, la atención del transeúnte.
Existen barrios que cuidan con todo su tipismo y arte esta costumbre que, como decimos, nos parece simpática; pero se dan frecuentes casos de los anteriores apuntados, con los cuales hay que terminar. No todas las chicas sirven para «mayas», ¡caramba!, que las hay guapas y feas, limpias y sucias, y una «maya» tiene que ser bonita, pulcra y castiza. ¿Entendido?…
Pues, a esperar que llegue mayo y a no pasar la bolsa mucho, que los bolsillos no están muy abundantes de calderilla.

EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(‘Yugo’, sábado, 26 de abril de 1952, página 2)

NOTA.- La foto destacada de portada, correspondiente a una maya en la barriada almeriense de La Chanca, es obra del fotógrafo Carlos Pérez Siquier, premio Nacional de Fotografía. Pertenece a la serie ‘La Chanca (1956 – 1965). Fuente, Centro Pérez Siquier de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino, en Olula del Río.

Publicado por José Manuel Román

Periodista

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