Los plásticos del mercadillo se convierten en un problema durante los días de viento en Almería

#BajoelManzanillo ha sido testigo del lamentable espectáculo que se repite en Almería cada vez que hace viento y se celebra cualquier mercadillo ambulante: el vuelo sin control de las bolsas de plástico, convirtiéndose en un problema. Vendedores, compradores y usuarios, y administraciones competentes estamos obligados a velar e implicarnos en encontrar una solución que evite el descontrol de los plásticos por tierra, mar y aire

Uno de los pocos males molestos de la climatología almeriense son los fuertes vientos. Y las consecuencias, a veces, se convierten en un problema de suciedad y de medio ambiente, que si no afrontamos con un compromiso personal entre todos, incluidos ciudadanos y usuarios, nos puede desbordar. Y, es lo que pasa con demasiada frecuencia, como este 20 de marzo de 2021, recién entrada la Primavera, en esta Almería nuestra. A lo largo de toda la mañana, en el antiguo recinto ferial de la avenida Mediterráneo, detrás del Auditorio Municipal Maestro Padilla, se ha celebrado el tradicional mercadillo de los sábados, el que más vendedores y compradores atrae de la ciudad de los que tienen lugar semanalmente. Hoy ha sido un día de esos en que el viento ha soplado de lo lindo y más en la costa, a orillas de la bahía. Por lo que las bolsas de plástico han volado literalmente en la barriada del Zapillo, zonas de la Térmica, El Palmeral, Auditorio, Vega de Acá, Nueva Almería, alrededores y, lo que quizás es peor, han ido a parar al mar.

Un espectáculo deprimente en pleno siglo XXI y en medio de la lucha contra el uso de plásticos. No somos conscientes de lo mucho que nos jugamos en materia ambiental con el ‘reparto’ sin control de estas bolsas. Es urgente, a estas alturas, tomar medidas por parte de todos. Las imágenes que ofrecemos, captadas por la cámara del móvil de Miguel Verdegay Mañas, han de servirnos para concienciarnos y buscar fórmulas que eviten este espectáculo bochornoso que nos debe avergonzar. Los vendedores han de disponer de suficientes medios y controlar el uso de las bolsas, poniendo recipientes capaces de almacenarlos, en su caso, con seguridad; los ciudadanos evitando soltarlas o tirarlas al suelo; y la administración municipal siendo eficaces en la limpieza y exigiendo, de la forma que sea, que los plásticos no se repartan por todas partes sin control alguno, aunque sea multando e intensificando la vigilancia los días de mercadillo.

Según los expertos, el impacto en el medio ambiente de las miles de bolsas de plástico que consumimos (cada español, dicen los libros de ESO, consume de media 238 bolsas de plástico al año), es enorme, y eso sin contar la gran cantidad de energía necesaria para su fabricación, puesto que están compuestas de sustancias derivadas del petróleo, que además tardan en degradarse entre 80 y 90 años. A todo esto hay que añadir, que el plástico como material está presente en la mayoría de productos que consumimos, generando más y más residuos cada día. Eso hace que solo en España generemos 5 millones de toneladas al año de residuos plásticos, de los que sólo se reciclan 700.000 toneladas, el resto, o mejor dicho la mayor parte acaba siendo desechada sin control, en cualquier sitio, contaminando todo lo que tenemos, las ciudades, los ecosistemas naturales, los ríos, el mar.

La playa de ‘El Palmeral’ frente al Auditorio Municipal Maestro Padilla, donde se acumula gran cantidad de plásticos.- Foto MIGUEL VERDEGAY MAÑAS

Cuando llegan al mar, como el caso del mercadillo de los sábados por su cercanía a ‘El Palmeral’, el impacto ya es letal, para el propio golfo de Almería, pero sobre todo para los animales que desconociendo el peligro que conllevan, las ingieren y acaban muriendo de una forma atroz. Una bolsa de plástico puede navegar a lo largo y ancho del mundo, entre 30 y 40 años sin degradarse, empezando otro ciclo: el de la destrucción de la fauna marina. Pero la ingesta de plásticos no sólo afecta a los animales marinos, también a las aves y hasta a los insectos, como últimamente se ha comprobado. En estudios patológicos realizados a animales en libertad fallecidos, que de un modo u otro tienen el mar como su entorno natural de vida, se descubrió que en el interior de sus organismos, había desde, tapones de botellas, pasando por encendedores u otros trozos de pequeños plásticos.

Es necesario reducir el consumo del plástico en la medida de lo posible, reutilicémoslos, y si está a nuestro alcance, usemos plásticos biodegradables, pero nunca, como aconsejan en una llamada angustiosa por salvar el planeta, dejemos las bolsas volar en la atmósfera sin control, ni las tiremos junto con la basura orgánica, ni las dejemos en el campo y, ni mucho menos que lleguen al mar. Esto está pasando con relativa frecuencia en Almería, con especial incidencia en días de mercadillo, se celebren donde sean, no solamente en el de la avenida del Mediterráneo, también en los otros repartidos por la ciudad y por la provincia.

Se hace necesaria una campaña en el sentido de concienciar a todas las partes, vendedores ambulantes y compradores. Nadie mejor que los ayuntamientos o mancomunidades municipales, competentes en estas materias, o cualquier otra administración, para ofrecer y difundir consejos, junto a la aportación de medidas eficaces, para evitar este espectáculo de bolsas por cualquier parte, repartidas por tierra, mar y aire. Todos hemos de poner de nuestra parte y remar juntos para que los plásticos no estén sin control, además de reducir seriamente el uso.

José Manuel Román
Periodista

NOTA.- La fotografía de portada es de Miguel Verdegay Mañas corresponde a los jardines de la rotonda del Auditorio Municipal Maestro Padilla, en pleno Paseo Marítimo Carmen de Burgos, donde se acumulan gran cantidad de plásticos tras la celebración del mercadillo los días de viento. Bolsas que, la mayoría, terminan en el mar. Este 20 de marzo de 2021, a las 14 horas.

Publicado por José Manuel Román

Periodista

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