Los detalles y la educación ciudadana en la Almería de mediados del siglo XX

#BajoelManzanillo de febrero de 1952 glosa los detalles que hacen ciudad -«aquello que no tiene un fin práctico debe ser demolido«-, a raíz de la eliminación de un quiosco «inservible» en el Paseo; o las labores de mantenimiento -«constituyen una serie de pequeños defectos que sumados indican lo suyo y que restados darían aun más prestancia y decoro urbanístico a la ciudad«-. En otra de las columnas refiere la importancia de la educación ciudadana, a raíz de un caso «cómico e irrespetuoso» que relata

Los detalles

Indiscutiblemente que no solo las grandes obras urbanísticas embellecen y hermosean a una ciudad, sino también el cuido y el interés por los detalles que, por insignificantes, saltan de trecho en trecho con gran abundancia. La reparación de tantos trozos defectuosos de aceras, el allanamiento de esta u otra calle, la limpieza y el barrido de la misma, su alumbrado…constituyen una serie de pequeños defectos que sumados indican lo suyo y que restados darían aun más prestancia y decoro urbanístico a la ciudad.
Por ello, cuando vemos a la brigada de albañilería o jardinería del excelentísimo Ayuntamiento arrasar defectos de esta índole, nos produce cierta satisfacción, parecida a la que ayer experimentamos al ver que, unas eficaces y oportunísimas piquetas, terminaban con un kiosco inservible y desvalijado del Paseo del Generalísimo, «blanco» magnífico de las travesuras infantiles y estorbo para los transeúntes, ya que por su situación estrechaba el paso por la espaciosa acera.
Aquello que no tiene un fin práctico debe ser demolido. Exactamente igual que el kiosco reseñado. Así, por ejemplo, contrastando con la bien cuidada Plaza de San Pedro, admirábamos ayer el trocito de plazuela de Martínez Almagro, situada en el «corazón» de la calle Infanta, que, exhibiendo un caprichoso y bonito dibujo de piedra de cantería, para que en ellos broten las palmeras, rosas y claveles -pongamos por caso- nos presenta un aspecto desértico con cuatro matas ya a punto para el fuego, que muestran aun más el descuido en que se les tiene sumida.
Por eso decimos que, o plaza con toda su jardinería correspondiente, o calle, llana y lisa, por donde los chavales pueden correr y saltar sin peligro de ninguna especie.

EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(Yugo’, miércoles, 20 de febrero de 1952, página 2)

Educación ciudadana

En una de nuestras céntricas calles se dio ayer cierto caso, que debemos de comentarlo por lo que de cómico e irrespetuoso tiene en sí. Empecemos por decir que el caso es frecuentísimo, que se da a diario y que solo una educación ciudadana puede evitarlo, porque no hay forma de vigilar diariamente, casi a las mismas horas de la mañana, todas las ventanas y balcones almerienses, con las correspondientes excepciones.
Se trata de que, con los primeros rayos solares, una sirvienta asomó su desmelenada cabeza, sacudiendo una lanuda alfombra, que dejó caer a la calle residuos de tabaco, ceniza, palillos, basura y broza de diferentes clases, viniendo a caer un poquito de cada uno de los sucios productos sobre el sombrero y gabán de dos respetables señores, que protestaron correctamente:
– ¡Oiga, tenga un poco de más cuidado, que van personas por la calle!
A lo que una voz desentonada, con acento gripal e imperiosa, contestó:
– ¡La calle es de todo el mundo! ¡El que no quiera polvo, que dé la vuelta por la de atrás!
Naturalmente, la corrección y caballerosidad se acabó por unos momentos y se organizó la oportuna respuesta, tomando parte varios vecinos, entre los que hubo opiniones para todos los gustos. Tal vez la «doncella» en cuestión, quizás por reciente ingreso en el padrón de habitantes de Almería, desconozca la prohibición de lanzar basuras y sacudir esteras y alfombras desde los balcones; pero quienes no deben desconocer la Ordenanza Municipal son los dueños del piso, que de haber estado por allí la autoridad correspondiente, hubieran sido multados, para que no se olvidasen estos detalles de urbanidad y de ciudadanía.

EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(Yugo’, jueves, 21 de febrero de 1952, página 2)

Foto GASTEIZHOY.COM

Nota.- La foto destacada corresponde al Paseo del Generalísimo -ahora de Almería-, en 1955, donde ‘Bajo el Manzanillo’ hablaba de un quiosco que habían derruido para despejar el paso y evitar ‘travesuras infantiles’. Lo ponía de ejemplo de la importancia de los pequeños detalles para la ciudad. La vista de la primera avenida es desde Puerta Purchena.- Fuente BIBLIOTECA DIGITAL DE LA DIPUTACIÓN DE ALMERÍA.

Publicado por José Manuel Román

Periodista

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