#BajoelManzanillo del día de Reyes de 1952 describía la «cabalgata fastuosa e impresionante» y el paso de los «soberanos» por los hogares almerienses, para una semana después reflejar el «ascenso difícil» de la «cuesta de enero», que «ofrece gran resistencia a los padres de familia, que alegre y pacientemente ‘desfilaron’ por la amplia y hermosa ‘llanura’ de la Navidad, Año Nuevo y Reyes


Llegaron los Reyes Magos

Llegaron los Reyes de Oriente, con la brillantez y suntuosidad de siempre. Su cabalgata, una gran policromía de flores y bengalas, recorrió en esta madrugada silenciosa, las calles de la ciudad, visitando, sin detenerse ni «despistarse», todos los hogares almerienses. En todos dejaron sus huellas más o menos notables. Abundaron los balones de reglamento, los caballos, las bicicletas, las muñecas, cochecitos y los pitos de muchas y variadas clases para los niños y niñas; y, para los mayores, tampoco faltó la «tradicional» corbata, la cartera, la tabaquera, el bolso, los guantes o la maquinilla de afeitar, etc.
Es lo característico: Reyes para todos, porque a todos nos gusta añorar, recordar, vivir la fiesta infantil de los Magos, la más simpática e ilusionada de las conmemoraciones.
La ciudad, que hasta primera hora de la madrugada presentó sus principales calles con un bullicio y animación extraordinario, con sus comercios abiertos de par en par, con sus clásicos puestos de juguetes y turrón preferentemente alineados en todo el trayecto de la Puerta de Purchena, plaza de Alejandro Salazar (hoy, Manuel Pérez García) y Calle de las Tiendas, quedó de pronto como dormida, en silencio, esperando la llegada de los Reyes, cuya cabalgata fastuosa e impresionante pudimos observar los que, por imperativo profesional, quedamos al acecho, para hacer los honores correspondientes a los insignes soberanos.
EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(‘Yugo’, domingo, 6 de enero de 1952, página 2)






La cuesta de enero

Entramos ya de pleno en la «cuesta de enero», cuyo ascenso se hace tan difícil y ofrece gran resistencia a los padres de familia, que alegre y pacientemente «desfilaron» por la amplia y hermosa «llanura» de la Navidad, Año Nuevo y Reyes. Llegó pues, lo que pudiéramos llamar la hora de la verdad, el momento en que la bien exprimida cartera no puede convertirse en una «caja-volante» de caudales; y, por tanto, nace de pronto la dificultad, las ya «tradicionales» consecuencias de un exageradito asueto y esparcimiento al «espíritu económico», que ya no es posible reunir, mientras el final de mes no nos anuncie la recuperación parcial de lo que tan valiente y decididamente «quemamos» a modo de un «castillo de fuegos artificiales».
¡Qué difícil se hace el «ascenso» de enero! Es como una montaña de camino sinuoso casi en vertical, que el menor descuido -la simple mirada hacia el camino por recorrer- nos produce serios trastornos. Y, una vez cubierta la etapa, llegado el 31 no crean ustedes -los adinerados y poderosos- que termina el «tormento». Empieza y viene a terminar con los «avisos» sucesivos de ciertas entidades bancarias, que se suceden y reproducen con mayor abundancia y rapidez que en cualquier «novillada de regalos».
Es la vida. Mientras los pequeños estudian la forma de abrir su caballo o muñeco de cartón, sin romperlo, los padres de familia meditan y buscan la solución de avanzar por la «cuesta» sin un real en la cartera, cosas ambas tan imposibles que la solución solo cabe en el «milagro».
EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(‘Yugo’, domingo, 13 de enero de 1952, página 2)

Nota.- La imagen destacada corresponde a la Puerta Purchena en 1955, que durante los días de Navidad se llevaba de puestos de turrones y de juguetes, tradición que continuó a lo largo del siglo XX. Fuente.- Biblioteca Digital de la Diputación de Almería.

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