#BajoelManzanillo se ocupaba en junio de 1952 de las tarifas ‘manga ancha’ de algunos cocheros, que ‘cobraban a capricho’. Relata el caso concreto de uno de los coches de caballos que hizo un trayecto desde la estación del ferrocarril al centro de la ciudad cobrando el cochero 20 pesetas, prácticamente el doble de lo que debería costar. Criticaba que no se respetaran las tarifas

A la vista tenemos las tarifas que aprobadas por el Excmo. Ayuntamiento, rigen para los carruajes de servicio público, más concretamente para los populares coches de caballos. Tarifas que en un cuadrito llevan, aunque algunos no muy visible, todos los vehículos de esta clase a fin de que en caso de duda sea consultada por el viajero.
Pero he aquí que parece que no existe tarifa alguna. Ni se respetan las tasas para carreras ordinarias, especiales y extraordinarias en infinidad de casos. Ciertos cocheros, cobran a capricho, sorprendiendo la corrección de aquellas personas que hacen uso de sus servicios. No es cosa de dar cifras, pero en términos generales puede decirse que desde la estación del ferrocarril al centro de la ciudad, no puede en modo alguno costar veinte pesetas en pleno día, pues cuanto más sería la mitad menos o cosa parecida. Y así estaríamos exponiendo casos, que vienen a demostrar la cierta ‘manga ancha’ que existe por parte de algunos cocheros.
EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(‘Yugo’, viernes, 6 de junio de 1952, página 2)





