#BajoelManzanillo hacía una llamada en 1951 a respetar el ‘Prohibido fumar’ de los autobuses, que ni chófer ni cobrador cumplían a veces, «causando las oportunas molestias con el humo y posibles quemaduras en la ropa, cuya adquisición no está para ‘bromas'». Y, aprovechaba para pedir «un poco de más cortesía a la hora de ‘rifarse’ los asientos»

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De todos es conocida esta orden que figura en cualquier autobús, coche de línea y demás vehículos que se mueven a impulsos de la gasolina. La razón de este ‘mandato’, fácilmente se comprende. El peligro que en cualquier momento puede causar la voladura de una insignificante chispa. Ahora bien, que esto se cumpla o no, el chófer o el cobrador podrían decírnoslo, pues, a veces, son ellos los que inauguran el ‘humo’.
Ha llegado a nuestra Redacción una simpática carta que por las características de la letra, papel y firma, aseguramos que es de mano femenina. En la misma, manifiesta que sus obligaciones profesionales, motivan el diario desplazamiento del Zapillo a la ciudad y viceversa, y que casi siempre, por las horas de estos ‘viajes’ el autobús va y viene repleto, de tal suerte que, además de hacer el trayecto en pie, lo efectúan completamente `prensados’, y que en estas condiciones hay señores que no pueden prescindir del ‘pitillo’, causando las oportunas molestias con el humo y posibles quemaduras en la ropa, cuya adquisición no está para ‘bromas’. Y, añade, que bien podría procurarse el cumplimiento de la orden del letrerito ‘Prohibido fumar’, por lo menos, en tales circunstancias, evitando así dichos perjuicios que son dignos de tomarse en consideración. ¡Ah!, y de paso, «¿no sería conveniente que hubiese un poco de más cortesía a la hora de ‘rifarse’ los asientos?».
Y aquí queda el extracto de la carta de esta distinguida señorita por si es posible atender su ruego. Nosotros, desde luego, estimamos que bien merece la pena tomar en consideración lo que dice.

EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(‘Yugo’, jueves, 20 de diciembre de 1951, página 2)

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