El deporte almeriense es rico en sus raíces. La hípica, prácticamente coincidiendo con el nacimiento del fútbol, tuvo unos brillantes comienzos en la ciudad, en paralelo a los éxitos internacionales del mejor jinete de todos los tiempos: Gustavo Gómez Spencer, que murió trágicamente mientras competía en Burgos al caerle encima la yegua que montaba. Hacemos un recorrido por los antecedentes de esta modalidad deportiva en la provincia, en su 113 aniversario.

El deporte en Almería es rico en sus raíces, en sus antecedentes y comienzos. Algunas modalidades, como la pelota a mano, cuenta con prácticamente dos siglos de actividad continuada, y otros, caso del fútbol, remo, vela, ciclismo o hípica, por ejemplo, son más que centenarios. En esta ocasión nos referiremos a la hípica, que este 25 de agosto cumple 113 años de presencia almeriense, quizás la disciplina mas desconocida en cuanto a su pasado.
Ahondaremos en su puesta en marcha, con un relevante protagonismo en la sociedad de finales del siglo XIX y comienzos del XX, coincidiendo con el éxito internacional del jinete de nuestra tierra, Gustavo Gómez Spencer, el almeriense que más lejos llegó en esta modalidad deportiva, muerto al caerle encima la yegua que montaba, en plena competición. Spencer bien merece un recuerdo, ya que méritos y triunfos, como comprobaremos más adelante, no le faltan.
El deporte en la Almería decimonónica
Los antecedentes de la hípica almeriense los encontramos en las ferias de la última década del siglo XIX, cuando son tradicionales las novilladas con carreras de cintas, en bicicleta («velocípedos») y a caballo. En 1895, el 27 de agosto, la Sociedad Sport «La Montaña« organiza uno de estos festejos taurinos, quizás el más destacado, incluyendo la carrera de cintas a caballo. Los ganadores son, por éste orden, Emilio Pérez Cordero, Manuel Fernández de Córdoba, José Abad, Joaquín Maldonado, Francisco Pérez Cordero, Patricio Benítez Cano, Miguel Granados, Alfonso Cáceres y José Valverde Rodríguez. Hay críticas al Ayuntamiento por la mala gestión de los festejos feriados, pero se elogia a «La Montaña» por esta actividad. La Sociedad Sport llega a tener 421 socios en 1.896, lo que da idea de su implantación.

Para situarnos y ver la importancia que tuvo la hípica en sus comienzos conviene conocer la fuerza de otros deportes en este periodo. El ciclismo adquiere repercusión bajo la denominación de «velocípedos«, donde la figura de Eugenio Gómez Sellés es muy significativa por las numerosas pruebas que gana. Remo y vela son otras modalidades con consistencia de la mano del Club de Regatas, que impulsaron Francisco Rueda y Adolfo Babiloni, quiénes lograron que su sede fuese decorada con magníficas obras pictóricas del destacado artista Antonio Bedmar. La pelota es el deporte de más fuerza y tradición como lo demuestra el hecho de que Almería dispone de cuatro frontones en esta época: «Jai – Alai«, en la transversal de la calle La Palma, en el Huerto de Jaruga; «Fiesta Alegre«, donde se celebran encuentros de mano, pala y cesta entre almerienses, madrileños y vascos; «Vizcaino«, foco de concentración y competiciones con pelotaris de toda la provincia, y «Beti – Jai«, inaugurado en 1896. El tiro de pichón es otra actividad que echa a andar con la constitución de una Sociedad, cuyas instalaciones entran en funcionamiento también en 1896, en la finca de Isidro García Sempere. Asimismo se desarrollan con intensidad sociedades de cazadores.
Con este panorama deportivo, en plena Rambla de Belén, en el último tramo del siglo XIX tenía su ubicación un picadero de caballos, con uso continuado por parte de numerosos aficionados. De aquí podría venir la inclusión de carreras de cintas a caballo en los festejos taurinos. Este recinto desaparece en 1897, ya que allí se levanta un campo de tiro de pichón y de tiro al blanco, deportes que aumentan su presencia en la Almería de este periodo, que, por cierto, cuenta con 46.776 habitantes, de ellos 24.587 mujeres. En paralelo surge un gimnasio de enseñanza oficial, bajo la dirección de José Gómez Rosende.
Dos años después de la llegada a Almería del primer automóvil, construido por la casa «Marot y Gardoe» de París y pilotado por Luis García Peinado; en 1902, empieza la carrera de triunfos de un jinete almeriense de talla internacional, Gustavo Gómez Spencer (Almería, 24 mayo 1880 – Burgos, 28 febrero 1917), al que le dedicamos capítulo aparte.

La hípica aparece en Almería con todo su esplendor
Pero la organización de pruebas regladas en nuestra provincia, iba a comenzar en 1907. El 31 de julio, coincidiendo prácticamente con el nacimiento del fútbol almeriense, se constituye la Sociedad de Concursos de Hípica de Almería. La directiva fundacional está compuesta por Bernabé Gómez Iribarne, presidente; Federico Molero Levenfeld, vicepresidente; David Estevan, secretario; Emigdio Nieto, tesorero; Adolfo Viciana, vicesecretario; y Francisco Jover, Francisco Pérez Cordero, Eugenio Rodríguez Ferrer, José Molero, Antonio Pérez, Guillermo Jover y Joaquín Cumella, vocales.
Se realiza una colecta para conseguir la instalación de una pista y patrocinio de los premios, destacando la aportación de mil pesetas efectuada por Ivo Boch, de la Compañía del Sur, principal impulsor de la llegada del ferrocarril a Almería.
La empresa se hace realidad y la hípica ocupa en Almería un protagonismo social de primera magnitud. El 25 de agosto de 1907 se anuncian dos jornadas de concursos hípicos, organizadas por la sociedad fundada un mes antes y con la colaboración del Ayuntamiento, con motivo de la feria.

Primer Concurso de Saltos
En el primer día, 26 de agosto, tendrán lugar las pruebas «Granada» y «Omnium» (1.000 pesetas, primer premio) y en el segundo, 29 de agosto, «Almería» y «Recorrido de Caza» (1.200 pesetas, para los ganadores). El «hipódromo«, se le denomina así, queda ultimado, con la entrada por la Carretera del Poniente, frente a la Fábrica de Serrines de Don Toribio Calzada.
El 28 de agosto, «La Crónica Meridional» recoge una amplia reseña de la jornada inaugural, resaltando «la presencia de las personas más destacadas de la vida almeriense, que ocuparon los palcos instalados, siendo muy significativo que las mujeres lucieran espléndidos vestidos a la moda«. El campo de concursos se montó sobre un rectángulo de 120 por 50 metros, con diferentes obstáculos, como los denominados «pasos de camino», «paso en alto de 45 metros», «barqueta», «valla y zanja de doble salto», «ría», «barrera de campo», «barrera y puerta», «seto», «triple», «barrera sencilla», «salto de silla» y «muro».
Los resultados, por pruebas, fueron los siguientes:
+ «Granada«(12 obstáculos de un metro).- «Melonero«, de Fernando Lerdo de Tejada se impuso a «Madurante» de Gustavo Gómez Spencer. «Facturado«, de J. Cerquella, fue tercero.
+ «Omnium» (14 obstáculos de 120 metros).- Ganó también Lerdo de Tejada, seguido de Cerquella. El almeriense Gómez Spencer, con «Lord Byron«, copó la tercera plaza.
+ «Almería» (11 obstáculos de 1 metro).- Triunfo de Gómez Spencer con «Lord Byron» y segundo y tercer puestos para Lerdo Tejada con «Melonero» y «Cabestrero«, respectivamente.
+ «Recorrido de Caza«.- ‘Apoteósica‘ actuación del paisano Gómez Spencer. Venció con «Lord Byron» y fue tercero con «Miss Fry«. El segundo lugar fue para J. Cerquella y el cuarto para Lerdo de Tejada.
El jinete almeriense fue vitoreado y muy felicitado. Las crónicas de la época apostillaron: «La hípica ha quedado aclimatada en Almería, a la altura de las mejores ciudades de España«.
El mundo de la hípica almeriense, establecidas las bases con aquel magnífico concurso de saltos de 1907, toma cuerpo para su práctica deportiva cotidiana en Almería.
Un picadero en la calle Séneca
El 14 de agosto de 1910 se ponen los mimbres para que el deporte hípico pueda practicarse habitualmente en la provincia. Ese día se inaugura un picadero en la calle Séneca, promovido por el profesor José Coto Montero, disponiendo de pista perfectamente arenada, con graderío y entoldado. Además se ubican tribunas para familiares y aficionados, cuadras de caballos y otros servicios. «Una buena instalación«, según las informaciones periodísticas de la época, «en cuya inauguración el profesor Coto sacó un magnífico potro, propiedad de Luis Gay, que hizo las delicias de los asistentes. Efectuó ejercicios de jinete y de director de pista«. Entre otros destacados aficionados asistieron los señores Gay, Juaristi, Roda, Batlles, Granados, García Vivas, González, Soler…En los artículos de prensa se escribe que «ésta era una escuela de equitación necesaria en Almería«.
Poco después, el 9 de septiembre de ese mismo año, comienzan actividades, como la organización de un paseo hípico por Rioja, Gádor, Pechina, Viator y Huércal, que levantó gran expectación en todo el recorrido. En la prueba participaron, entre otros, Luis Gay, Pascual Sánchez, Emilio Orozco y Vicente Batlles. Dirigió el recorrido a caballo el profesor Coto Montero.
En estos años la práctica de la equitación e hípica en general es amplia. Con este auge, en abril de 1913, el profesor Enrique Muñoz, inaugura una nueva escuela, ubicada en la plaza de Los Olmos, 14. La actividad está garantizada.

Gustavo Gómez Spencer
El despegue de la hípica almeriense coincide plenamente con la exitosa vida deportiva, aunque corta, del jinete Gustavo Gómez Spencer, para quién insistimos en el necesario especial recuerdo que debería de tener, al menos, en los concursos de saltos que organiza el Club Hípico de Almería.
Gómez Spencer logra en noviembre de 1902, en Madrid, con su caballo «Envite«, un gran renombre al ganar el Campeonato Militar de España, modalidad de saltos, lo que le supone al joven oficial de cazadores de Vitoria núm. 28, de guarnición en Granada, un premio de 1.500 pesetas. Inicia así su carrera hípica, creciente en éxitos al ganar numerosas pruebas por toda España. Pasa como alumno a la Escuela de Equitación Militar, en 1904
La prensa madrileña, en 1906, cataloga a Gómez Spencer «como uno de los jinetes españoles de más proyección«. Siguen sus victorias con amplio eco periodístico, sobre todo la de junio de 1907, en el Concurso Hípico «Fiestas del Corpus«, en Granada, con «Lord Byron«. Poco después, Spencer, con el mismo caballo, se daba un baño de multitudes en su tierra, al ganar las dos pruebas finales del Concurso de Saltos de Almería, con gran destreza y autoridad, como ya hemos comentado.

En 1.908, el ya oficial de caballería, se adjudica la «Copa Bilbao» de hípica, superando a jinetes extranjeros y logrando un premio de 4.500 pesetas. Las crónicas de la época, al referirse a este éxito, titularon: «Triunfo sportivo de Almería«. Luego vendrían otros premios en casi todos los concursos internacionales que tienen lugar en España, siendo seleccionado para formar parte del equipo español que participaría en el Concurso Internacional de Argentina. Fue designado por el rey para formar parte de la representación hípica española en Buenos Aires junto al capitán Felipe Gómez Acebo, y de los tenientes Alfonso Arana y Federico García Balmori. Spender pertenecía al Regimiento Alfonso XII. Llevaron un total de 8 caballos y partieron de Cádiz el 1 de octubre en el buque León XIII. El día de la fiesta inaugural del concurso en la pista de Palermo, en presencia del Presidente de la República Argentina, se celebra la prueba de obstáculos, quedando ganador el teniente Gómez Spencer y en segundo lugar el teniente Arana.
En 1909, fue designado por el rey para formar parte del equipo militar que representó a España en el Concurso Hípico Internacional de Lisboa donde obtuvo la ‘Gran Copa‘, montando a ‘Exquis‘. Sus triunfos y destacadas participaciones se suceden en Madrid, Córdoba, Valencia, Jerez y Barcelona.
Especial relieve tuvo su victoria en Vigo, por la categoría de sus contrincantes, venciendo en las pruebas militar y parejas. Luego compitió en Valladalid, también en 1919.

Donó la copa del primer partido de fútbol celebrado en Jerez
Según relataba hace unos años, el ya fallecido periodista jerezano Juan Franco Martínez, conocido con el seudónimo de Juan de la Plata, en el «Diario de Jerez«, el capitán Gustavo Gómez Spender donó la copa que se disputó en Jerez, con motivo del primer partido de fútbol celebrado en la ciudad jerezana. Así contaba Juan de la Plata el hecho:
«El primer partido o match, como se le llamó entonces, usando la terminología inglesa, ya que el foot ball procedía originariamente de Inglaterra, tuvo lugar contra dos equipos –team, en inglés-, de Cádiz, y se jugó en las pistas de la finca de San Benito, propiedad de don José Garvey, cedidas a tal efecto a la Sociedad Hípica Andaluza, y donde momentos antes había tenido lugar un espectáculo de carreras de caballos, con motivo de la feria de abril y mayo de ese año (2 de mayo de 1911). El anuncio en el diario “El Guadalete” del primer fútbol que se jugó en Jerez, decía así: “En la pista de la finca denominada ‘San Benito’, propiedad del señor Garvey, tendrá lugar esta tarde a las cuatro, un interesante match de foot ball concertado entre los equipo de Jerez y Cádiz. Se disputarán los jugadores una magnifica copa, regalo del Capitán de Caballería don Gustavo Gómez Spencer. Tratándose de un nuevo sport en la localidad y tomando parte en él notables aficionados, auguramos a las personas que concurran un rato agradable de recreo”.
El autor del artículo justifica de la siguiente manera la donación de dicha copa por Gómez Spencer: «El capitán de caballería del Regimiento Alfonso XII, don Gustavo Gómez Spencer, donante de la copa, era pariente al parecer de uno de los fundadores del club jerezano, llamado Tomás Spencer, que fue el organizador de los dos partidos, celebrados los días 2 y 3 de mayo de 1911, martes y miércoles, respectivamente. Spencer, que tenía tratamiento de Sir, era un alto empleado de las bodegas de William & Humbert y estaba muy relacionado con la alta sociedad jerezana. Él sería, además de fundador, jugador y capitán del equipo. Los jerezanos se alzaron ganadores del primer encuentro, al que asistió numeroso público, debido a su novedad, y hubiera asistido mucho más de no haber sido día laborable. “El Guadalete”, que no daba el resultado, sino únicamente la victoria del equipo local que ganó la copa en litigio, vaticinaba que “las alternativas de este partido serán seguidas por el público con un interés mayor cada día”. Debemos añadir que este primer partido de fútbol se jugó al abrigo de las competiciones hípicas que tuvieron lugar, antes y después del mismo«. En dichas competiciones hípicas, lo más probable es que participara Gómez Spencer.

En 1911 con sus caballos ‘Exquis‘ y ‘Soflama‘ también compite en los concursos de Madrid, Barcelona, Granada, Tarragona y Valladolid. En 1912 continua la brillante trayectoria de Spencer: Sevilla, montando a ‘Océano‘; Jerez, con ‘Trocadero‘ y ‘Exquis‘ y después con las yeguas ‘Trocadero‘ y ‘Gratitud‘ llegó a ganar la Copa del Rey donde participaron 76 jinetes. Más tardes estuvo compitiendo en Valencia, Pamplona, La Coruña, Vigo, San Sebastián y Valladolid.
En 1913 con los caballos ‘Seda‘ y ‘Tití‘ estuvo en los concursos de Córdoba, Granada, Barcelona, San Sebastián, Villafranca del Panadés.
Ya en septiembre de 1915, el almeriense pasa destinado al regimiento Lanceros de Borbón que estaba de guarnición en Burgos, al mando del coronel Bravo Villasante. En junio de 1916, en el concurso hípico de Burgos, gana el campeonato y la Copa Diputación.
Caballero Laureado (colectivo) de la Orden de San Fernando
Guillermo C. Requena, en su blog ‘Lanceros de Villaviciosa‘, en 2017, le dedicaba un post al almeriense Gómez Spencer del que dice que «este magnífico militar, tras permanecer una temporada de joven teniente en Lanceros de Villaviciosa, paseó durante años sus extraordinarias cualidades hípicas por las pistas de toda nuestra geografía, incluso poniendo la bandera de España en lo más alto del podio en varias pruebas internacionales. Entre prueba y prueba tuvo tiempo de alcanzar la gloria militar, al ser uno de los oficiales que dirigió la memorable carga de Taxdir, y tuvo el honor de mandar el Escuadrón en la ceremonia de Sevilla en la que Alfonso XIII impuso, al Regimiento que llevaba el nombre de su padre, la Corbata de San Fernando. Pocos años después encontró la muerte a caballo«.

Gómez Spencer fue comandante de Caballería, campeón hípico, Caballero Laureado (colectivo) de la Orden de San Fernando y era hijo de Bernabé Gómez Iribarne (Almería 1845-Almería 1909), Ingeniero Jefe Provincial de Minas de Almería, casado en primeras nupcias con Elena Spencer Rabell (Almería 1860-Almería 1890), que tuvieron dos hijos, Gustavo y Elena (muerta niña).
Guillermo C. Requena abunda en los antecedentes de Gustavo Gómez: en segundas nupcias, su padre casó en 1893 con su cuñada María Spencer Rabell (Almería 1869) y tuvieron tres hijos: Elena Gómez Spencer (Almería 1894), licenciada en Medicina y Cirugía (primera mujer en la historia de Almería), casada y posteriormente divorciada con Luis Pardo de la Torre; Alejandro Gómez Spencer (*Almería 1896), coronel del Ejército del Aire (procedente de Caballería), que realizó el primer vuelo con el autogiro de la Cierva, casado en Milán con la pintora Emma Barzini; y, Virginia Gómez Spencer, casada con Antonio Zobarán, arquitecto.
Era nieto materno de José Spencer Sánchez, empresario, banquero, casado con Emilia Rabell Jover. Uno de sus bisabuelos maternos fue Joseph D. Spencer Fenton (Leicester 1786-Almería 1851), médico, empresario, casado con Carmen Sánchez Ponce de León.
Trágica muerte del jinete almeriense
El año 1.917 iba a ser negro para nuestro paisano, pues cuando Gómez Spencer era reconocido internacionalmente y la prensa lo catalogaba como «el mejor de todos los tiempos«, encontró la muerte en el transcurso de una de sus participaciones. La reseña de lo sucedido, correspondiente a «La Crónica Meridional«, decía textualmente:
«El pasado 28 de febrero, al intentar, en el Hipódromo de Burgos, el capitán de Lanceros de Barbona, don Gustavo Gómez Spencer, saltar un obstáculo, tomó el salto demasiado lejos, y la yegua que montaba, que se llamaba «Marucha», hizo la tijera, cayendo al suelo con gran violencia. El capitán quedó debajo del animal. Acudieron rápidamente los oficiales que había en el hipódromo, y con gran trabajo, sacaron al Sr. Gómez Spencer de debajo de la yegua, pues ésta estaba medio muerta. Cuando consiguieron extraer al oficial, había fallecido. Tenía la cabeza horriblemente destrozada, con salida de la masa encefálica, y un ojo saltado. El cadáver fue conducido al Hospital Militar de Burgos. El Sr. Spencer era uno de los mejores jinetes de nuestro Ejército«.
Más tarde una nota necrológica refería así a Gómez Spencer: «Ha ganado infinidad de grandes premios hípicos. El Gobierno lo designó hace algunos años para representar a España en el Gran Premio de Argentina, a nivel internacional«. La muerte del jinete almeriense conmocionó la vida social de Almería y Burgos, donde estaba destinado de capitán, así como al mundo de la hípica nacional e internacional, ya que Spencer estaba en lo más alto de su carrera deportiva con un reconocido prestigio.

Club Hípico y Polideportivo de Almería
Como hemos podido observar, las raíces y comienzos de la hípica en Almería fueron ricos, adquiriendo gran protagonismo y presencia social. Este deporte con 113 años en nuestra provincia tiene su máxima expresión actualmente en el Club Hípico y Polideportivo de Almería que ha consolidado la actividad con una eficaz labor durante cerca de cinco décadas, disponiendo de unas instalaciones magníficas, remodeladas en 2005, con motivo de los Juegos Mediterráneos, ya que las pruebas hípicas tuvieron lugar allí.
Desde 1971, cuando se funda como tal el Club Hípico de Almería, la actividad, con mayor o menor brillantez ha estado ahí, en el panorama deportivo almeriense. El Concurso Nacional de Saltos Ciudad de Almería, que nació en unas instalaciones provisionales en el Zapillo en la década de los setenta, continúa su historia tras celebrar en 2019 la 45 edición en las modernas pistas de la carretera de Viator al Alquián.
La relación del Club Hípico Almería con la Federación Andaluza de Hípica (FAH) y con la Real Federación Hípica Española, hace posible que en sus instalaciones se hayan impartido Cursos de Monitores Territoriales de Equitación, Equitación de Base a través de FEBA, y de Técnicos Deportivos de Equitación. El Club dispone de medios, instalaciones y profesorado, cualificados para la docencia cumpliendo con la Ley del Deporte, estando federado y homologado por la Federación Andaluza de Hípica otorgándose la calificación de Centro Hípico de Tres Estribos, según su página web.
La hípica es un deporte más que centenario en Almería, que mantiene una pujante presencia en la sociedad, con gran proyección y prometedor futuro.
José Manuel Román
Periodista
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