«Bajo el Manzanillo» del 25 de noviembre de 1951 criticaba el «aspecto de algunos establecimientos de bebidas de auténticas e indecorosas ‘tascas’, montadas con unos cuantos ladrillos, varios cajones viejos, unas sillas de la peor clase y una fachada con cuatro letras mal trazadas que más bien son de ‘ventas populacheras’«


Nadie desconoce el crecimiento y auge de la industria y comercio almeriense en los úitimos años. Son numerosos los establecimientos que de toda índole se han creado y las pequeñas y grandes industrias que han surgido, que van dando a Almería la importancia y prestigio que sus posibilidades requieren. Con un recto criterio de la ornamentación pública, el Excmo. Ayuntamiento acordó y aprobó ciertas bases, no solo en cuanto a edificaciones, lugares para éstas, sino respecto al decoro de las instalaciones, ya sean en el centro de la ciudad o bien en sus sectores más o menos apartados. De ahí que numerosos comercios, cuya fachada y «aspecto exterior no respondía, no sólo a la importancia del mismo, sino al tono decorativo que su situación merece, no autorizando permisos de apertura de establecimientos, cuyos proyectos no coincidan o estén inspirados en este acertado acuerdo municipal. Mas, si bien los comercios de las distintas clases tienen buen cuidado en cumplir tal requisito, puesto que su tono exterior refleja siempre lo que es interiormente, hay ciertos negocios que no responden a tal sentido. Así, podemos observarlo en nuevas instalaciones de establecimientos de bebidas, que dan un aspecto de auténticas e indecorosas «tascas», montadas con unos cuantos ladrillos, varios cajones viejos, unas sillas de la peor clase y una fachada con cuatro letras mal trazadas que más bien son de «ventas populacheras», que de otra cosa, situados en los puntos céntricos de la ciudad, donde por el ambiente del mismo constituyen por otra parte la intranquilidad de los vecinos. Cabe por ello, la inspección municipal más rigurosa en este sentido y las exigencias más enérgicas del cumplimiento de tan magnifico acuerdo.
EQUIS (seudónimo de Manuel Román González)
(‘Yugo’, domingo, 25 de noviembre de 1951, página 9)

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